
La historia de la ingeniería teatral se remonta a la Antigüedad clásica. Desde la utilización de grúas que permiten a los actores de la Grecia clásica elevarse hasta las alturas o el descenso de la Virgen María en el Misteri d’Elx hasta los efectos visuales y el uso de mecanismos complejos de elevación e iluminación del teatro moderno, pasando por las ilusiones de profundidad de la escenografía teatral renacentista o los decorados móviles y dinámicos barrocos, las artes escénicas se sirven de la ingeniería para hacer de sus representaciones algo mágico y asombroso. Para ello, también se han utilizado una serie de máquinas que permiten recrear fenómenos naturales y crear una atmósfera inmersiva que transporta al público a mundos fantásticos o situaciones extraordinarias. Gracias al trabajo del escenógrafo e investigador Miguel Ángel Coso Marín, podemos conocer cómo nuestros antepasados se las ingeniaban en hacer de sus espectáculos algo único.